El alarmante dato sobre el acoso escolar que preocupa a todo el país

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El regreso a las escuelas vuelve a instalar en el centro de la escena a una problemática que se muestra en aumento años tras año. La neuropediatra Sandra Berta comentó a MDZ las claves sobre este flagelo y su impacto en el aprendizaje de los chicos.

Con el regreso a clases en Argentina, los numerosos casos de bullying en las escuelas vuelven instalarse en la agenda global. La doctora neuropediatra Sandra Berta señaló a MDZ, basándose en un estudio realizado en varios países de América Latina por la ONG Bullying sin fronteras, que los casos de acoso escolar en Argentina muestran una tendencia en aumento y que, aproximadamente, el 70% de los niños y niñas sufren todos los días algún tipo de acoso o ciberacoso.

“Estamos frente a una triste realidad que va en aumento a partir de los últimos años”, comentó y agregó que la pandemia de coronavirus sirvió como agravente: “Puede estar vinculado al hecho de que, a pesar de que no asistieron presencialmente a las escuelas, estuvieron más en la casa, lo que implica que estuvieran conectados con sus pares a través de los diferentes dispositivos electrónicos. Evidentemente, la comunicación se mantuvo y no hubo un control estricto en lo que tiene que ver a qué información se manejaba entre ellos”.

En ese sentido, indicó también que las redes sociales tienen un rol fundamental en el crecimiento de este flagelo ya que permiten un tipo de bullying mucho más agresivo “porque es indirecto, no hay un cara a cara y nunca se muestra el agresor, sino que se comentan en foros, se pegan y se ‘truchan’ fotos con respecto a diferentes personas”. “Es más agresivo que cuando se hace directamente entre un grupo hacia una persona en forma presencial”, agregó.

“Es muy importante también saber qué están haciendo nuestros hijos con las redes sociales. Sé que es invasivo meterse o controlar porque ellos de esa forman nos van a perder la confianza, pero es precisamente ese vínculo de confianza el que va a permitir que ellos nos cuenten también qué está pasando”, afirmó.

Además, explicó que como padres es fundamental detectar cuando los niños son víctimas o victimarios de acoso escolar: “Siempre es más fácil detectar a los chicos que son víctimas ya que se habla de indicadores que se pueden detectar más fácilmente en diferentes ámbitos si estamos atentos”. “Estas prácticas no suceden de un día para otro, van corriendo con el tiempo y si un adulto no interviene no se detienen solas, sino que van avanzando”, aseguró.

Según describió, es posible identificar cuando son víctimas porque su actitud cambia: “se muestra apático, desmotivado, no concurre a actividades sociales, no disfruta de salidas con los padres, prefiere estar solo en su habitación, utiliza mucho los dispositivos electrónicos, y no habla”. En este punto, Berta aconsejó sentarse a conversar con los hijos y preguntarle cómo estuvo su día, pero indicó que debe tratarse de un ida y vuelta en donde los adultos también les cuenten a los niños sobre ellos, sus sentimientos y profundizar para generar un vínculo de confianza.

En el caso de los victimarios, explicó que es importante, más allá de poder detectar al líder, identificar a todos los chicos que forman parte de ese grupo que comete la agresión y “generar un diálogo, no sólo entre este chico y sus padres, sino entre todos los chicos y todos los padres”. Allí, además, destacó la figura del psicólogo como mediador, una “figura clave en ese proceso”.

“Hay muchos niños que hacen bullying por seguir a un líder de grupo, sin saber el daño que están cometiendo. De todas maneras, el grupo que comete bullying debe ser tomado culpable en su totalidad y, sobre todo, poder hacerles reflexionar, hacer una autocrítica y ver si ellos realmente saben el daño que cometen, si son conscientes de lo que está sintiendo la persona a la cual acosan. Muchas veces esa reflexión basta para que su actitud cambie”, añadió.

Para quienes sufren bullying, esa situación impacta directamente en su aprendizaje. Berta asegura que afecta a la concentración de los chicos en sus actividades escolares, ya que su atención está dividida en lo que les pasará y le dirán. Según la neuropediatra, “los maestros deben estar atentos a los abusos sutiles, a los comentarios, a los niños que tiran papelitos en clases, critican por lo bajo. Hay que entender que no es un problema de chicos”.

La profesional también explicó que esta problemática los afecta ya que su cabeza se encuentra en un proceso de sufrimiento y por eso no pueden aprender: “Estar ocupados en otro tema les impide aprender, ya que la atención es la puerta de entrada del conocimiento. Para aprender, tengo que atender. Nosotros nos distraemos por dos causas: extrínsecas (referidas al entorno) e intrínsecas (referidas a los sentimientos). Si yo estoy mal me preocupo más por lo que me pasa que por lo que la maestra está diciendo”.

Para combatir el bullying, apeló al uso de la plataforma Banedi, desarrollada junto a un equipo de neuropediatras, que puede servir para detectar esos problemas de educación y aprendizajes a través de su aplicación en diferentes escuelas e instituciones, y por profesionales, docentes y padres para genera un cambio en los menores.

Fuente: MDZ on line

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