Por Estefanía Tello

Anécdotas felices y también decepciones, todo lo vivido defendiendo una camiseta.

Cada 14 de abril se celebra el Día Internacional del Arquero en honor a Miguel Ángel Calero Rodriguez, arquero colombiano que tuvo un trágico final y causó gran conmoción en el ambiente deportivo. Pero también existe otra fecha en el calendario argentino para distinguir a aquellos que se ubican bajo los tres postes: el 12 de junio, conmemoración que homenajea a Amadeo Carrizo, mítico arquero de River Plate y de la Selección Argentina​.

Aun así, el día de ayer los medios provinciales y nacionales se llenaron de lindas historias y anécdotas de arqueros que dejaron gran parte de su vida defendiendo colores. Ese es el caso del sancarlino Luis Vilurón, quien encontró su amor y pasión poniéndose los guantes y atrapando una pelota.

El Cuco Digital lo entrevistó de forma exclusiva y el portero sacó del cajón de los recuerdos algunas de sus alegrías, de sus desafíos y hasta recordó sus logros.

–Luis, ¿cómo fue que comenzó tu pasión por los guantes?

Comencé jugando al fútbol a los 9 años en el Baby Fútbol Emilio Manso; no era un club, era un equipo solamente. Luego, a los 15 años recuerdo muy bien que había comenzado a jugar para el Club de Eugenio Bustos y tuvimos un partido en Chacón, pero había faltado el arquero y como el director técnico conocía que mi viejo había sido arquero, me puso al arco y atajé bien ese día; le gustó al técnico y a mí me gustó también.

–¿Jugaste en varios equipos de San Carlos y del Valle de Uco?

Sí. Tuve la oportunidad de ser parte del Club de Pareditas, de El Peral en Tupungato, del Fuerte de San Carlos, Las Celia, Banfield…

-¿Y cobrabas, es decir, era un trabajo o solo por pasión?

Bueno, muchas veces ellos colaboraban con dinero, me daban algo para mis gastos personales, sobre todo para moverme en el colectivo, pero era más que nada por pasión.

-Tenés seguro miles de anécdotas bajo los tres palos, ¿muchas alegrías?

Sí, fueron muchas las alegrías que tuve porque jugué hasta los 40 años. Luego a los 48 años fui técnico del Club de Eugenio Bustos. Ahí salimos dos veces campeones y una subcampeón con la tercera división. Y con la primera también salimos campeón en el 2005, ¡qué alegría!

Otro lindo momento que me acuerdo fue cuando vinieron unos ocho jugadores que eran parte de la Selección Argentina que habían salido campeones del mundo en el año 78; ahí le atajé un penal al jugador Daniel Bertoni y tuve la oportunidad de compartir momentos con Ubaldo “El Pato” Fillol y Leopoldo Luque, entre otros.

–¿Y alguna decepción o mal momento que quieras compartir?

Cuando jugaba en El Peral. Hacía 33 años que no salía campeón; nosotros ganamos el campeonato punta a punta que eran dos ruedas y salimos campeón ese día; pero la amargura más grande fue después que nos metimos en otro torneo a pelear los cuartos y ganamos los dos primeros partidos y en el último, que con el empate salíamos campeones, el director dio vuelta todo el equipo, dejó en el banco a uno de los mejores jugadores que teníamos y perdimos 2 a 1. Esa fue una de las broncas más grande que pasé en el fútbol. Además de perder la final en el año 80 con Eugenio Bustos contra La Consulta. Era el campeonato local de San Carlos y lo perdimos faltando seis minutos.

-¿En que momento dejaste el fútbol y por qué motivo?

En un momento me empecé a sentir cansado, desgastado; sentía que el fútbol ya no era lo mismo; veía que quizás los jugadores no se preocupaban tanto, no había compromiso, y bueno, deje de ir y también empecé a compartir más tiempo con mi familia porque nunca estaba en mi casa.

-Y aunque han pasado varios años, ¿seguís jugando al arco?

Sí, siempre que tengo la oportunidad me voy a jugar con mis amigos aunque tenga 61 años ya, pero el arco es mi pasión, aunque ya ni la tocó, ni la veo (risas).