A cinco años de la primera movilización masiva bajo esta consigna, recordamos a las mujeres de la región cuya vida fue arrebatada por femicidas.
Ayer se cumplieron cinco años de la primera marcha de Ni una menos en Argentina. Luego de este masivo suceso que se replicó en diferentes provincia del país, el feminismo ha venido ganando cada vez más terreno en todo el mundo y ha llevado a cambiar el paradigma de la sociedad y la política en pos de la igualdad de género. Sin embargo, en pleno 2020, aún queda mucho camino por recorrer para erradicar la violencia contra las mujeres y disminuir los femicidios. En 2019 se identificaron 268 víctimas letales de asesinatos por violencia de género, un 3,6% menos que en el reporte del año 2018.
En el Valle de Uco, en los últimos años, al menos cuatro crímenes en manos del machismo conmovieron al país y han sido foco de la prensa provincial y nacional.
En 18 de junio de 2014 Paula Giglio fue asesinada en inmediaciones de la Municipalidad de San Carlos. La joven, quien en ese entonces tenía 33 años, había llegado hasta ese lugar en horas de la mañana para realizar un trámite y cuando esperaba ser atendida, fue atacada por Ezequiel Palleres, un enfermo psiquiátrico oriundo de la Villa Cabecera quien sin mucho rodeos ingresó al edificio y apuñaló a Paula hasta dejarla sin vida.
Más tarde el agresor confesó a la justicia que en la noche había recibido un mensaje satánico que debía matar a alguien, por lo que la víctima fue elegida al azar. Por el crimen, el asesino fue declarado inimputable y permanece internado en el hospital El Sauce.
A casi seis años de su muerte, la familia de Paula brega por justicia y por la derogación de la ley de salud mental.
Alejandra Janko desapareció el 10 de diciembre del año 2016. Luego de estar 10 días desaparecida, fue encontrada muerta, con golpes en la cabeza, en un arroyo de Cápiz, en San Carlos.
Sixto Cruz Huanca, el esposo de Alejandra, terminó confesando a la Justicia que fue él, quien término con la vida de su pareja. Dos años más tarde la Suprema Corte de Justicia de Mendoza confirmó la sentencia de cadena perpetua para el asesino.
Lidia Coronel murió hace 18 años en San Carlos víctima de un hombre que padecía trastornos mentales y que había salido de una clínica psiquiátrica. Luego de cometer el femicidio, se suicidió.
El 23 de abril del 2017, María del Carmen Solín, de 52 años, fue hallada sin vida en su casa de la localidad Eugenio Bustos, en San Carlos. Inmediatamente la Justicia ordenó la detención del marido Juan Antonio Muñoz, un ex médico del Cuerpo Médico Forense.
La primera versión sostenía que la víctima se quitó la vida ahorcándose con una cuerda en uno de los sectores de la propiedad; más tarde las dudas llevaron a la detención del marido, quien en ese momento fue imputado por “homicidio agravado por el vínculo” por el juez Oscar Balmes. Sin embargo, posteriormente Muñoz recibió el beneficio de la prisión domiciliaria.
El 25 de agosto, se llevó adelante una Audiencia en la Cuarta Cámara del Crimen de la ciudad de Mendoza, donde la abogada de la familia de Solís pedía mantener el procesamiento y prisión domiciliaria del acusado, pero no fue así, ya que la Justicia dictó una “falta de mérito” y la libertad para ex médico forense, considerando que no existían pruebas suficientes sobre los hechos. Finalmente, hoy,tres años después, Muñoz continúa procesado por femicidio.
Desde el Colectivo Feminista del Valle de Uco recordaron a estas mujeres en un nuevo aniversario de la masiva marcha por los derechos de las mujeres.
