Un estudio de la UNC detectó la presencia de cloro en el agua del río Jáchal, confirmando la contaminación por parte de la minera Barrick Gold

El estudio fue llevado adelante por el laboratorio de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y los estudios preliminares revelan cloro en distintos puntos de la cuenca del río Jáchal.

Los resultados revelan un dato inesperado: en dos sectores del sistema hídrico se encontró cloro total, un compuesto que bajo condiciones naturales no debería estar presente en un río cordillerano.

Según el informe, en el río La Palca que baja directamente desde la mina Veladero se registraron 0,12 mg/l, mientras que en el Puente Buena Esperanza donde el caudal ya se mezcla con el río Blanco, proveniente de La Rioja el valor fue de 0,08 mg/l.

Al ser consultados sobre si esos valores pueden considerarse altos o bajos, normales o anómalos, los especialistas de la UNCuyo fueron categóricos: “la sola presencia de cloro es anormal, ya que en ambientes de montaña el resultado debería ser cero”.

El antecedente: el uso de cloro tras el derrame de cianuro

El hallazgo es particularmente sensible porque remite a uno de los episodios más graves de contaminación en San Juan y el país: el derrame de más de un millón de litros de solución cianurada ocurrido en 2015 en la mina Veladero.

En ese contexto, la empresa Barrick Gold reconoció haber utilizado hipoclorito de sodio, una forma de cloro, para encapsular y neutralizar el cianuro en el cauce del río Blanco. Esto quedó asentado en un escrito presentado ante el Defensor del Pueblo de San Juan por la abogada Jimena Daneri, en representación de MAGSA, donde detalla que se procedió a “la adición de hipoclorito de sodio en el cauce del río Blanco”.

Esa intervención química, aunque realizada hace casi una década, vuelve a la discusión ante la presencia actual de cloro en dos puntos de la cuenca. La pregunta que se abre es inevitable: ¿por qué aparece ahora un compuesto que no debería estar?

Una investigación que se reactivó tras la mortandad de peces

El origen de esta cadena de acontecimientos se remonta al 4 de noviembre, cuando DIARIO HUARPE publicó imágenes de cientos de peces muertos en las orillas del dique Cuesta del Viento.

La Unidad Fiscal del Norte abrió una causa caratulada como “envenenamiento de agua”, mientras que la Secretaría de Ambiente provincial ese día desplegó un operativo de emergencia.

Días más tarde, el equipo técnico del organismo oficial concluyó que el fenómeno se debía a causas naturales: baja circulación en zonas costeras, acumulación de materia orgánica y reducción del oxígeno disuelto, lo que habría provocado un cuadro de hipoxia.

Pero, esa explicación fue cuestionada. Saúl Zeballos, integrante de la Asamblea Jáchal No Se Toca, presentó en la UFI estudios independientes que mostraban niveles normales de oxígeno, lo que reabrió el debate y dejó abierta la posibilidad de otros factores, como contaminantes químicos o metales pesados.

Respuesta social y nuevos estudios completos

Preocupados por esta situación, vecinos y productores de Jáchal —apoyados por el presbítero Gustavo Vaca, administrador del Santuario San José— exigieron formalmente al intendente de Jáchal, Matías Espejo, que cumpliera con la Ordenanza Agua Segura y realizara análisis completos en toda la cuenca.

La presión social tuvo efecto: a los días el municipio confirmó la realización de los estudios y horas después, tras una reunión en la Parroquia departamental, que el laboratorio de la UNCuyo iba a ser uno de los laboratorios que se encargaran de realizar los muestreos en 14 puntos, como la comunidad del norte sanjuanino exigía.

Dato

La UNCuyo el 7 de noviembre tomó tres muestras de agua de río (Dique Pachimoco, Puente Buena Esperanza, Río La Palca); dos en puntos diferentes del Dique Cuesta del Viento; y dos de agua de consumo en escuelas de la municipalidad de Jáchal (Escuela Almirante Ramón González Fernández, Escuela Antonio Quaranta).

Según confirmaron desde el laboratorio, el resultado de los análisis y el informe final estarán la semana que viene.

Fuente: Diario digital Huarpe