Un joven ciego recibió la maravillosa noticia: un corazón generoso y anónimo le regaló el perro guía que necesita

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Por Libby Rose

Es de Tunuyán y desde hace 4 años esperaba recolectar el dinero para acceder a un compañero terapéutico.

Rodrigo Morán tiene 28 años, es oriundo de Tunuyán y es ciego de nacimiento. Con su condición, ha sufrido las dificultades de un mundo donde la inclusión aún está en etapa prematura.

Uno de los grandes sueños del joven es poder conseguir un perro guía que lo acompañe en sus actividades diarias y que representa un cambio radical en su calidad y estilo de vida. En su camino por conseguirlo, llevó adelante campañas y un evento solidario, pero lo caudado para poder acceder a un lazarillo, fue mínimo. Cada puerta que tocó significó un paso más en la resignación en estos últimos 4 años, y la posibilidad de concretar la compra, se fue desvaneciendo.

Sin embargo, la semana pasada, Rodrigo recibió la mejor de las noticias: una persona anónima, aportó el dinero necesario para pagar el costo del animal terapéutico.

“Hace un par de año hicimos un desfile pero se juntó muy poca plata y ahí se vino todo abajo. Después anduve preguntando por diferentes lugares y no se dio. Ahora, por un contacto que hizo la escuela de perros guía, que no quiso dar su nombre, se facilitaron las cosas para que hoy estemos pensando en esto”, contó el joven en diálogo con El Cuco Digital.

“Ahora es muy poco lo que falta. Ojalá tenga la oportunidad de conocer a la persona que hizo el aporte económico”.

Las personas ciegas pueden acceder a perros guías a través de la Escuela Argentina de Perros Guía ubicada en Buenos Aires y que fue creada hace 10 años con el objetivo de abaratar los costos que significaba traer canes desde Estados Unidos. Sin embargo, hoy poder tener un perro guía representa un gasto elevado.

Además, para adecuarse a la situación económica, la escuela ofrece un plan a pagar en 8 años por el primer perro. El resto, en caso de necesitarse, no se abona.

“Golpeé muchas puertas y en muchas, muchas, me dijeron que no. Hablé con algunas personas, algunas no decían que no directamente, pero daban vueltas, otros nunca me respondieron, y la semana pasada se generó todo esto y además ahora apareció esta posibilidad de pagar el perro en 8 años” mencionó el valletano radicado en Maipú.

“Me llamó el director de la escuela y ahora estoy esperando en que llegue el día en que pueda conocer el perro”.

Una vez que los trámites burocráticos estén listos, Rodrigo podrá viajar hacia Buenos Aires para encontrarse con su compañero. Allí deberá permanecer durante 20 días trabajando y adaptándose al animal y viceversa, según establece la escuela.

 “Yo creo que van a haber posibilidades ahora que se están habilitando los micros de larga distancia y los vuelos. Entonces pensé que de ir, me iría en un colectivo y volvería en avión por el perro porque son muchas horas de viaje”, comentó el joven.

“Ahora que tengo el final un poco más claro, estuve preguntando acerca de la ley nacional de acceso de perros de asistencia, pero Mendoza aún no está adherida. Me estoy averiguando cómo hacerlo, arrancar en este asunto, para acceder por ejemplo a los colectivos, restaurantes”.

Sol y Canela, su perra lazarilla adiestrada en la Escuela de Perros Guía

Rodrigo es profesor de música y actualmente las restricciones han limitado las formas y posibilidad de desarrollar sus clases.

“Ahora también generar dinero con el tema de la música está complicado, no se pueden hacer eventos”.

En ese sentido, el tunuyanino abrió una cuenta para recibir donaciones y costear los viajes. Además piensa en realizar rifas y alguna que otra actividad para recaudar fondos.

 “Con un mínimo aporte, con lo que pueda, me ayuda un montón. Esto no es una operación para que yo pueda ver, pero es como si lo fuera, porque yo voy a ver a través de los ojos del perro. Para mí sería una ayuda muy grande”, destacó.

Actualmente Rodrigo tiene la ayuda de un bastón blanco (color definido para personas con ceguera total) aunque contar con el acompañamiento de un perro cambiaría su realidad en varios aspectos.

“A mí se me vino todo abajo hace un tiempo, pero hoy en día tener la posibilidad de tener a alguien que te va a acompañar a donde quieras ir, cambia todo, cambia tu ánimo, tenés ganas de hacer más cosas y de salir adelante”.

“El perro guía va a ser muy importante. En un lugar lleno, si no estuviéramos en pandemia ¿dónde voy a poder yo encontrar una silla libre? El perro me lo va a poder encontrar. O en una plaza o parque”, explicó.

En la escuela de perros guías se adiestran las mejores razas seleccionadas para este tipo de acompañamientos terapéuticos como Labrador, Labrador Golden y en algunos casos Ovejero Alemán.

“El labrador tiene la capacidad de resolver situaciones. Por ejemplo si se encuentra con una calle cortada, no va a seguir y va a encontrar la manera de seguir avanzando en otra dirección”.

“Termino el año de una manera que lo quise terminar siempre. Es un regalo inmenso”, completó.

Se puede colaborar con Rodrigo a través del CBU 0110530830053013957365 o comunicándose al 2622 30-7867 o por Facebook.

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