59º aniversario de la CIAT: Stortini pidió obras para atraer inversiones y reavivó el debate medioambiental

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Sin la participación de funcionarios políticos pero sí empresariales, el presidente de la Cámara de Tunuyán calificó de “hipócrita” y “oportunista” la defensa del agua en Mendoza. También, habló del deterioro económico de la región.

El pasado 25 de noviembre, la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán (CIAT) celebró sus 59 años, en el marco del aniversario 140º de la fundación de ese departamento del Valle de Uco.

Este año, debido a la pandemia, no se puedo llevar adelante el tradicional y multitudinario festejo en el Hotel Fuente Mayor, que convoca a cientos de empresarios y emprendedores, al gobernador y a la dirigencia política provincial y a los medios más importantes de Mendoza, entre otros. Al contrario de ello, se organizó una cena con estricto protocolo en un restaurante del Manzano Histórico, sin la participación de ningún funcionario ni dirigente político –sólo brindaron saludos través de un video- y con medios periodísticos locales.

En un escenario del que sólo fueron parte empresarios, entre ellos Nicolás Martínez, presidente de la Cámara de San Rafael, Gustavo Mira, presidente de la Cámara de Malargüe, Andrés Vavrick, presidente de la Cámara de General Alvear, Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural de San Carlos, y Freddy Fabiancic, presidente de la Cámara de Godoy Cruz, el presidente de la CIAT, Diego Stortini brindó el discurso anual.

Stortini junto a los presidentes de las cámaras de Malargüe, General Alvear y San Rafael – foto Facebook CIAT

El empresario que renovó su mandato al frente de la entidad hasta el 2022, lanzó duras declaraciones a partir de un diagnóstico de los “últimos 20, 30 años” de la región y de una situación de “fuerte deterioro en materia socioeconómica” que cristalizó la pandemia. En ese sentido, Stortini invitó “a discutir con el gobierno, dialogar y trabajar” en el diseño de una agenda de políticas públicas con el objetivo de atraer inversiones y de que los productores primarios se conviertan en industriales.

Por otro lado, antes de concluir, el presidente de la CIAT no quiso escaparle al “bulto” de lo medioambiental y en relación a la defensa del agua pura, expresó que la lucha, en algunos casos, es  “oportunista” e “hipócrita”.  Stortini enfatizó sin vueltas el valor del agua en Valle de Uco, pero calificó como “discusiones que apenan”, cuando se habla de agua pura, y los cauces son un  basural, o se siguen vertiendo afluentes cloacales al rio Tunuyán. Seguidamente, Stortini dejó en claro que “no cree en la matriz minera, especialmente en el Valle de Uco” pero, en declaraciones con El Cuco Digital dijo que, si el debate lo impulsa Malargüe “ahí nos va a tener sentados negociando, discutiendo y fundamentando nuestra posición”.

El discurso completo

Me toca terminar uno de los años más difíciles que nos han ocurrido. La pandemia cristalizó de alguna manera dificultades, cristalizó lo que es una situación de fuerte deterioro en materia socioeconómica, cristalizó lo que podemos ver de incremento de pobreza, la desigualdad en la cual nos hemos acostumbrado quizás a vivir, y en ese sentido creo que la dirigencia política, la dirigencia empresarial en la cual nos incluimos, tiene mucho que ver y tiene una deuda importante que darle a la sociedad en términos de soluciones.

Me sería más fácil aburrirlos enumerando las cosas que hemos hecho a lo largo del año con la Cámara. Preferimos desde la institución poner el dedo en la llaga; proponerles un diagnóstico y una reflexión: en los últimos 20, 30 años –y eso no es buscar culpas- nuestro departamento, nuestra región, se ha visto sumergida en un proceso de franco deterioro de su matriz productiva; por un lado hemos visto un crecimiento no planificado del comercio, especialmente en el centro urbano, en la periferia, y con un sesgo de informalidad  muy fuerte, al mismo tiempo que veíamos que fábricas, industrias, bajaban sus persiana y dejaban en el olvido al sector de la producción, a los productores; esto nos llevó un poco a un punto de empezar a convivir en una economía ruralista, primarizada; basta con salir a ver como en San Carlos, Tunuyán, producimos la materia prima y los camiones salen cargados para que el valor agregado sea en los departamentos del Gran Mendoza o en otras áreas urbanas; algo nos pasó. Es cierto, hay una sector liderado por la vitivinicultura, el turismo, que pareció florecer en 20 años pero es difícil creer que eso sucedió por el diseño y el liderazgo de una política pública, parece ser más el resultado de las condiciones invaluables de nuestra tierra; seguramente también tuvo algo que ver la enormes ventajas cambiarias, sobre todo para las inversiones extranjeras que se ofreció en una macroeconomía desordenada, en un país derrumbado.

Vuelvo a esto de la primarización, porque Tunuyán, la región, nuestros productores, todos los años como un déjà vu, cada mayo, vamos a la finca y comenzamos un ciclo agrícola que termina todos los años con la misma cantidad de productos con suerte, cada vez más solos porque no tenemos industrias que compren nuestros productos y nos enfrentamos a la presión de los precios y el mismo debate todos los años. De vez en cuando vemos que los productores cambian camionetas, pero al final del ciclo la producción en la misma: hace 20, 30 años que nos repartimos la misma torta porque los productores producen lo mismo y la industria ha ido cerrando y no multiplica. El comercio desesperado entra a concurrir en una economía totalmente limitada, sin espacio, y los comerciantes a los codazos se defienden tratando de vender lo que puedan y proveer servicios, pero la realidad es que en busca de sobrevivir y ser rentables, terminan recurriendo muchos de mis colegas a la informalidad, quién los va juzgar.

La pobreza, la desigualdad que cristalizó la pandemia este año, es producto de este proceso que lleva nuestra región. Entonces no me puedo asombrar cuando Esteban Fiori cada año me dice “Diego, el 50% de los chicos en la secundaria no termina la secundaria en Tunuyán, solamente el 10%”. 1 de cada 10 universitarios vuelve a Tunuyán a laburar porque no hay oportunidad, la población carcelaria normalmente aumenta, la delictividad. La pandemia nos demostró que el 45%, 50% de nuestra población no tiene obra social y que el otro 50% tiene que recurrir al mismo nosocomio porque no hay desarrollo de medicina privada en Tunuyán, entonces estamos viendo las consecuencias de la economía deteriorada.

No es un mensaje pesimista, la Cámara quiere ofrecer una visión y para eso estamos los empresarios, para sentarnos con la dirigencia política y construir una agenda de políticas públicas que nos saque, mirando la historia. Repasando que han hecho otros pueblos, otras regiones, nos damos cuenta que lograron agregar valor en origen, que lograron que se afinquen fábricas e industrias y pueden ofrecer hoy mayor nivel de oportunidades y bienestar a sus habitantes. Y aquí nos quedamos, con un escasísimo nivel de desarrollo económico y social y discutiendo un montón de temas. Nuestro objetivo es que nuestros productores se vuelvan a convertir en industriales y no es un sueño.

Necesitamos empresarios, y más empresarios en esta cámara, para discutir con el gobierno, dialogar y trabajar juntos una misma agenda de políticas públicas porque una gestión política no solo debe quedarse en la administración, en la gestión, sino también debería incorporar en sus indicadores la apertura de fábricas, la inauguración de nuevas industrias (…) necesitamos un diseño de políticas publicas bien lideradas.

Antes de terminar no quiero escaparle a un bulto, porque cuando se habla de industria mucha gente trae el ambiente, y parecería ser conceptos antinómicos, parecería ser conceptos opuestos; la pandemia nos deja en evidencia que los seres humanos debemos cambiar la manera en la cual nos relacionamos con nuestro planeta; somos meros inquilinos y de alguna manera debemos concebir al hombre como parte del ecosistema, entonces está claro que nosotros no concebimos que prohibir es proteger. Nuestra mirada del desarrollo económico y social inclusivo del hombre en el medioambiente implica integrar a la comunidad en su ecosistema reputándolo pero permitirles disfrutar de él, entonces hay discusiones que realmente nos apenan; no vamos a discutir lo que vale el agua en el Valle de Uco, lo hemos demostrado en diciembre, pero discutamos cómo, cuándo y para que la usamos porque ha pasado un año y los causes hídricos están hechos un basural, siguen sin supervisarse; tiramos nuestros líquidos cloacales al Rio Tunuyán; entonces hay una discusión que nos debemos que implica obra pública, e implica exigir la priorización de determinadas obra pública.

Nos estamos buscando culpables; queremos simplemente que la sociedad tenga una verdadera discusión de cómo lograr un modelo productivo de desarrollo económico y social sustentable e inclusivo y claramente para emprender este camino al desarrollo desde nuestra región debemos priorizar obras publicas esenciales que incentiven la inversión y la radicación de fábricas, no alcanza con el maquillaje, no alcanza con la cosmética. Si no logramos extender nuestra red de abastecimiento de gas no habrán fábricas, no habrán industrias, ¿Quién se instalará en una región donde no hay gas? Sino logramos tener energía eléctrica, y permítanme decirles que la ultimas estación transformadora fue la Estación las Viñas, inauguradas en el año 2016, 20 años después que vino Salentein, que vinieron las bodegas más importantes, la obra pública llegando 20 años después. Emprendimientos enteros fueron inaugurados con energía autogenerada. No tenemos planta de tratamientos de afluentes cloacales como corresponder; tiramos los líquidos al rio; no tenemos rutas provinciales productivas, los camiones no solo pasan con la materia prima como si se nos burlaran para ser procesadas en Lujan o en Maipú, sino que pasan por el centro de Tunuyán. Estamos discutiendo un derecho de nuestro pueblo.

Nuestros abuelos llegaron a Vista Flores, a Colonia, para recibir ahí la hacienda que llegaba de Buenos Aires, La Pampa, el Sur de Córdoba; para herrarla, engordarla, para marcarla, y para atravesarla por lo que era el paso más importante que tenía Mendoza en ese entonces, el paso Portillo Piuquenes, y hoy estamos reclamando que ese derecho, con una falsa discusión oportunista discusión sobre el ambiente, estamos discutiendo si podemos o no recuperar nuestro trazado. Tenemos que terminar esa ruta, tenemos que llegar a Chile; si no logramos convencernos que esos son los ejes del desarrollo y estamos discutiendo, no lo vamos a lograr. Tenemos que convencer industrias; sino tenemos un parque industrial logístico y de servicios donde podamos anidar a nuestros industriales y fabricantes, no vamos a tener valor agregado en origen; sino tenemos una zona franca aduanera donde los valletanos podamos despachar nuestras exportaciones y no ir a hacer aduana al Gran Mendoza, no vamos a lograrlo; no vamos a lograr si nuestras fábricas no tiene conectividad poder agregar valor en origen.

Dirán que todos los años viene y pide lo mismo, pero lo que pasa es que no nos priorizan, nos quedamos en la cosmética, nos quedamos en el maquillaje y hoy quién puede azorarse con los indicadores de pobreza, de deserción escolar, etc.

El mensaje de la Cámara es aquí estamos, a la política: aquí estamos, a la dirigencia: aquí estamos, para todos juntos construir una política de desarrollo social, sustentable que incluya al hombre al ecosistema y llevar un poco más de oportunidades a nuestra comunidad.

Respuesta de Stortini ante la consulta de El Cuco Digital sobre el posicionamiento de la CIAT ante la actividad minera

Nosotros no creemos en la matriz minera especialmente en el Valle de Uco; nuestra Cámara está formada por un montón de referencias.

Yo me siento en la misma mesa que Malargüe, que Alvear, que San Rafael, que San Martin; quien debe movilizar el debate minero no somos nosotros, es Malargüe; nosotros debemos fundamentar nuestras posiciones en defensa del medioambiente, en defensa del agua, y ahí está el otro debate que debemos darnos, alejarnos del oportunismo y decirnos ‘nosotros creemos enserio en esto, no solo que pedimos el agua sino que pedimos la obra pública para cuidarla, no tirarla en los arroyos, en los cauces; no tirarle la cloaca al rio como hacemos nosotros en Tunuyán. Hay que decirlo, hay un debate hipócrita en donde nosotros, como cámara, somos pro ambientalistas, obviamente no creemos en la matriz productiva minera en el Valle de Uco; nosotros no debemos impulsar ese debate, si lo impulsa Malargüe ahí nos va a tener sentados negociando, discutiendo y fundamentando nuestra posición, ayudando a Malargüe a entendernos. Creo que no vale eso de no discutir, de vos sos blanco y vos sos negro.

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