Consternación por la muerte del subcomisario Luis Pérez, considerado un héroe en la fuerza policial

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Tenía 38 años y falleció en el día de ayer producto de un infarto en la puerta de su casa en Gomensoro y Los Paraísos de  Guaymallén. Había salvado en 2016 a un niño de las aguas del Canal Cacique Guaymallén, por ese acto fue ascendido de jerarquía.

Profundo dolor causó la muerte de uno de los supervisores del Centro Estratégico Operativo Policial. Se trata del sub Comisario Luis Pérez; el efectivo se había recibido hace muy pocos días de licenciado en Seguridad.

La primera información indicó que murió producto de un infarto en la puerta de su vivienda de Guaymallén. Pérez era una de las personas de estricta confianza del Director General de Policías Roberto Munives.

Actualmente desempeñaba funciones en un puesto clave dentro de la fuerza, supervisor del sistema Centro Operativo de la Policía, conocido como 911.

Tiempo atrás, en un tiroteo, Peréz resultó herido y sorteó esa situación de extrema gravedad; luego le salvó la vida a un niño que cayó al canal cacique Guaymallén, este último acto heroico le valió su ascenso jerárquico.

En la edición impresa de Diario Los Andes del 30 de enero de 2016, el centenario matutino hizo referencia a este hecho del que fue protagonista el sub Comisarío Luis Pérez:

Reconocimiento a policías que enaltecen su función

El reciente caso del uniformado que salvó de una muerte segura a una bañista, reactualiza la verdadera dimensión de la función de los efectivos de la más que centenaria institución policial mendocina.

Se trata de un valioso ejemplo de solidaridad y compromiso con la comunidad la forma de actuar de un policía que, días pasados, salvó de una muerte segura a una joven que se bañaba en el canal Cacique Guaymallén. El nombre del uniformado es Luis Pérez, de 33 años, quien actuó de manera rápida e intervino sobre el cuerpo de la adolescente cuando prácticamente ya no respiraba. “Yo voy al frente. La calle te enseña mucho y cada cosa que hago es con entrega y responsabilidad”, fue una de las explicaciones que brindó el oficial.

El servidor ni siquiera estaba en la zona del hecho, ocurrido a la altura de la calle Mathus Hoyos, sino que se desplazó hacia el escenario del accidente al enterarse que se solicitaba ayuda para rastrear a la jovencita, que había sido arrastrada por la correntada. La chica fue retirada de la corriente líquida y, tras algunas maniobras de reanimación, y como no se recuperaba plenamente, el oficial tomó una decisión extrema disponiendo el envío de la víctima a un centro asistencial en un auto patrullero, ante la demora en arribar de la ambulancia. El protocolo indica para esas circunstancias que el traslado de una persona en riesgo debe hacerse en un vehículo sanitario. La determinación de Pérez, secundado por colegas que se sumaron al operativo, salvó finalmente la vida de la accidentada, que se recuperó en el hospital.

Su actuación resume el espíritu y la esencia de un servicio de seguridad que está concebido para proteger y auxiliar a la gente. En ocasiones, hemos fustigado severamente el proceder de policiales que actuaron en el sentido inverso, ya sea en la aplicación de castigos indebidos a civiles o en procedimientos reñidos con la ética y los procedimientos establecidos, o simplemente haciéndose los desentendidos en determinadas circunstancias que demandaba su acción.

Sin dudas que la muerte de Pérez es un alto impactó para la fuerza local.

Fuente: Diario Uno

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