Pablo y Lautaro, los sancarlinos que gritaron campeón en el Maracaná: “Somos unos privilegiados”

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Por Abi Romo

Los jóvenes, oriundos de la Villa Cabecera, viven actualmente en Brasil y fueron de los más de 2 mil argentinos que vivieron la final de la Copa América. Así fue el histórico día.

No saben si fue Dios, el destino, mera casualidad, o si los planetas se alinearon a su favor, lo cierto es que estuvieron ahí, en el Estadio Maracaná viendo la final de la Copa América donde Argentina, tras 28 años de mala racha, volvió a gritar ¡Campeón!

Se trata de Pablo Fontana (29) y Lautaro Gutierrez (23), dos jóvenes de San Carlos, más precisamente de la Villa Cabecera de ese departamento, que tiempo atrás decidieron dar un nuevo rumbo a su vida y se fueron a vivir a Brasil. La suerte jugó a su favor y sin pensarlo, sin siquiera imaginarlo, pudieron protagonizar uno de los momentos más importantes de la historia del fútbol continental.

Pablo Fontana en el Maracaná

“De mis 29 años, este fue el mejor momento de mi vida”, manifestó Pablo en exclusiva para El Cuco Digital. Él es técnico agrónomo y chef por vocación, tal es así que mucho antes de partir había emprendido un local de comidas rápidas en la Villa, llamado “A lo del Pablito”, que actualmente está en manos de su primo Luciano y sigue siendo un éxito, como el primer día. A Brasil se fue en busca de nuevas experiencias, aprendizajes, ganas de conocer gente nueva y, por supuesto, lugares maravillosos. Así es que hace siete u ocho meses, en medio de la pandemia pero con la fortuna de que en ese momento se abrieron las fronteras y autorizaron nuevamente los viajes al vecino país, el “villero” armó sus valijas y salió. En Búzios (municipio de Río de Janeiro) lo esperaban Flor, Alán y Lautaro Gutiérrez, tres hermanos también de San Carlos que se fueron ya hace un par de años con las mismas intenciones.

Pablo, tras pasar algún tiempo con sus amigos, decidió seguir incursionando en la gastronomía y se fue a trabajar a un resto de la Ciudad de Río de Janeiro. Allí lo encontró el último partido de la Copa América 2021, que tuvo ni más ni menos que a la Selección de su país de origen y a la Selección de su país de residencia, como rivales.

“El viernes estaba trabajando y recién agarre el celular como a las once de la noche. El Peluca (Lautaro) me había mandado un montón de mensajes diciendo que en el Consulado estaban dando entradas gratis para ir a ver la final. Al ratito me dijeron que a la vuelta del Maracaná las iban a estar dando también. Le dije al Peluca que al otro día nos encontrábamos ahí; íbamos a entrar sea como sea”, relató el joven, que lógicamente tuvo que pedirle a su jefa que le cambie el día de trabajo, argumentando que quizás nunca más se le vuelva a presentar una oportunidad como esa.

“Al otro día, como a las seis de la mañana, me levanté, agarré mi mochila, mi remera de Argentina y me tomé un bus para el Estadio, que está como a 40 minutos de donde vivo. Cuando llegué me encontré al Peluca, que se vino de Búzios en un micro con otros argentinos. Ahí nos abrazamos y ya era todo una lloradera”, agregó Pablo entre risas y emoción.

Pablo y Lautaro fueron unos de los 2 mil argentinos afortunados que vivieron la final de América en el estadio

En hincha del SCSC, villero hasta las narices, dijo que la espera fue eterna. Estuvieron todo el día afuera del Estadio esperando por su entrada, al rayo del sol, pero obvio, la mística hizo que todo fuera más fácil: conocieron decenas de compatriotas con las mismas ganas de ver a sus jugadores, compartieron cantos, cervecitas frescas y la pasión infinita que solo los argentinos sabemos. “Cuando eran cerca de las ocho y media pudimos entrar, y a las nueve era el partido. Ya ahí adentro nos volvimos a abrazar, a llorar, era un sueño hecho realidad”, añadió, como si lo estuviese viviendo nuevamente.

Los 90 minutos del partido, lógicamente fue todo emoción: “Somos unos privilegiados que pudimos vivir un momento único. Hinchamos por todos allá, por la Villa, por San Carlos, por todos”.

Finalmente, luego de dar el grito sagrado junto a la Selección y los más de dos mil argentinos que también tuvieron la dicha de estar ahí; luego de ver a Messi, a su Messi levantar la Copa América, Pablo y Lautaro se fueron a seguir festejando a los alrededores del Maracaná ¡y no era para menos!

Como dije al principio, no sé qué habrá sido, sólo sé que estos pares con los que crecimos en el pueblo, tuvieron una chance grandiosa que supieron aprovechar. Que ellos estuviesen ahí fue que un poquito de todos nosotros, también lo estemos ¡Que viva la vida y las maravillas que nos presenta!

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