Un día como hoy se aprobaba la Ley de Punto Final, que impedía juzgar a los responsables delitos de lesa humanidad

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El 23 de diciembre de 1986, la Cámara de Diputados aprobó la primera ley de impunidad para los responsables de crímenes cometidos durante la dictadura. Hubo un gran debate en el oficialismo y una marcha multitudinaria de los organismos de derechos humanos

Diciembre de 1986 avanzaba tórrido en Buenos Aires, como si quisiera ir al compás del clima político con que cerraba el tercer año de gobierno de Raúl Alfonsín. Los diarios de los días previos a la Navidad informaban que la Renovación peronista pisaba fuerte en la Capital Federal con la victoria de Carlos Ruckauf sobre el médico Raúl Matera, representante de la “ortodoxia” del Partido Justicialista. Más que por esos avatares políticos, los vecinos de la ciudad estaban preocupados por el golpe a sus bolsillos que representaban los anunciados aumentos de un 70% en las patentes de los autos y de un 20% en las tasas inmobiliarias.

También, los tironeos del oficialismo nacional con el sector agropecuario provocaban un cambio de piezas en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, donde Lucio Reca se volvía a su casa para dejarle lugar a Ernesto Figueras. Mientras tanto, desde el cuarto piso del Palacio de Tribunales, la Corte ratificaba el fallo judicial que ordenaba el pago del 82% móvil en un caso que afectaba a 201 jubilados.

El fútbol empezaba el receso de verano con Newell’s Old Boys en la cima de la tabla y el mundo se sorprendía por la hazaña aeroespacial del Voyager, que cumplía con éxito la primera vuelta a la Tierra sin necesidad de reabastecerse.

Pero los principales titulares de los medios iban por otro lado: el debate en las dos Cámaras del Congreso de un proyecto de ley del oficialismo, repudiado por amplios sectores políticos y la totalidad de las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos porque significaba una puerta abierta a la impunidad para la inmensa mayoría de los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.

El artículo 1 del proyecto sometido a la aprobación de diputados y senadores decía: “Se extinguirá la acción penal respecto de toda persona por su presunta participación en cualquier grado, en los delitos del artículo 10 de la Ley Nº23.049, que no estuviere prófugo, o declarado en rebeldía, o que no haya sido ordenada su citación a prestar declaración indagatoria, por tribunal competente, antes de los sesenta días corridos a partir de la fecha de promulgación de la presente ley”.

En otras palabras: ponía un plazo – extremadamente corto – para imputar a los genocidas. Pasados esos 60 días, la Justicia no los podría tocar.

El lunes 22 de diciembre la aprobó el Senado, después de un largo debate con algunas intervenciones casi explosivas; el martes 23, la Cámara de Diputados convirtió el proyecto en ley. Sin perder el tiempo, el Ejecutivo la promulgó el miércoles 24, casi como un regalo de Navidad.

La norma llevaba el número 23.492, pero ya se la conocía con un nombre tristemente célebre: “La Ley de Punto Final”.

Fuente: Infobae

Otras efemérides

● 1828. Nace la poeta alemana Mathilde Wesendonck. Su figura es inseparable de la génesis de Tristán e Isolda. Conoció a Richard Wagner mientras su marido Otto era mecenas del compositor, exiliado en Suiza. Tuvieron una relación mientras él componía la ópera que cambió la historia de la música y la tomó como modelo para el personaje de Isolda. Wagner puso música a cinco poemas de Mathilde, los llamados Wesendonck Lieder, dos de los cuales fueron bocetos para pasajes de Tristán e Isolda. La poeta murió en 1902.

● 1896. En la ciudad italiana de Palermo nace Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el autor de El Gatopardo. La novela fue publicada por el editor Giacomo Feltrinelli justo después de la muerte del príncipe de Lampedusa, en 1957, y se convirtió en un éxito. A tal punto, que obtuvo el Premio Strega, el máximo galardón de las letras italianas. El libro relata el reacomodamiento político de la nobleza en decadencia ante el ascenso de la burguesía en la Italia que se acaba de unificar en 1861. Luchino Visconti la llevó al cine en 1963.

● 1951. Muere Enrique Santos Discépolo, a los 50 años. Compositor, poeta, actor, gioonista, director, fue una de las figuras de la cultura popular de la primera mitad del siglo XX. Autor de tangos emblemáticos como “Yira, yira”, “Cambalache”, “Cafetín de Buenos Aires”, “Uno”. En sus últimos años adhirió al peronismo.

● 1964. En Illinois nace Eddie Vedder. Es el líder de Pearl Jam, una de las bandas más importantes desde los 90. También editó dos discos como solista.

● 1972. Terremoto en Managua. La capital nicaraguense queda devastada por un sismo de 6.2 en la escala de Richter. Mueren unas 20 mil personas.

● 1975. El Ejército Revolucionario del Pueblo ataca el Batallón Depósito de Arsenales 601 “Domingo Viejobueno”, en Monte Chingolo. El Ejército repele el copamiento. Se calcula que murieron más de cien personas. La derrota deja prácticamente desarticulado al ERP, tres meses antes del golpe militar.

● 2001. La Asamblea Legislativa elige a Adolfo Rodríguez Saá como presidente. El hasta ese momento gobernador de San Luis asume con el apoyo de los gobernadores del peronismo, con la idea de llamar a elecciones en marzo de 2002, cuyo ganador completaría el mandato de Fernando de la Rúa hasta diciembre de 2003. Rodríguez Saá durará una semana en el cargo. En esos siete días, entre otras cosas, declara el default; propone una nueva moneda, el Argentino; y recibe a las Madres de Plaza de Mayo. La pérdida de apoyos lo llevará a renunciar el 30 de diciembre.

● 2007. Muere uno de los más grandes pianistas de jazz de todos los tiempos: Oscar Peterson. Había nacido en Canadá en 1925. Encabezó un cuarteto, luego un trío, y dejó una frondosa discografía.

● 2016. Andrés Rivera, uno de los grandes escritores argentinos, fallece a los 88 años. Su verdadero nombre era Marcos Ribak. Fue obrero textil. Militante del PC, fue exulsado en 1964. Trabajó como periodista. De 1956 es su primera novela, El precio. Luego llegarían Los que no mueren y Nada que perder, además de varios volúmenes de cuentos. En 1987 apareció La revolución es un sueño eterno, que le valió el Premio Nacional. Más tarde vendrían El amigo de Baudelaire, La sierva, El farmer, Hay que matar, Ese manco Paz, entre otras obras. Su última novela es Kadish, de 2011.

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