Una familia que recorre el mundo en colectivo junto a sus mascotas llegó al Valle de Uco

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Por Libby Rose

El matrimonio, su pequeña Luli y sus dos fieles perros, partieron a principios del 2020 en una travesía que se convirtió en un nuevo estilo de vida. “Las necesidades que te impone este sistema te hacen dejar de lado muchas cosas importantes”, destacó Sebastián. Una historia sin desperdicios.

Sebastián (32); Silvina (29); Lourdes (2); Álex, un ovejero alemán y Lautaro, un labrador; integran a una familia digna de conocer. En 2020 decidieron emprender un viaje que cambió radicalmente sus vidas y su relación con el mundo. La mejor decisión que pudieron tomar.

El 19 de febrero del año pasado, previo al confinamiento por la pandemia, el matrimonio, su pequeña hija Luli y los dos canes salieron desde Rosario, donde vivían, rumbo al Sur. Llegaron hasta Usuahia, pero más tarde, la cuarentena los frenó en Río Negro. Allí quedaron varados por varios meses. Recién en noviembre del 2020 pudieron retomar la travesía que en principio tenía como destino final México, donde la pareja tuvo su luna de miel y donde nació la idea de hacer este viaje. El proyecto superó las expectativas y ya se convirtió en un estilo de vida alejada de la rutina laboral y de las ambiciones monetarias. Aunque la idea es llegar al país norteamericano, esta experiencia los cautivó tanto, que planean recorrer el mundo a bordo de su vehículo: un bus escolar acondicionado como una casa. A través de las redes sociales, donde contabilizan miles de seguidores y de su canal de Youtube, comparten sus vivencias.

Hace algunos días la familia llegó a Mendoza, pasaron por Cacheuta, después fueron hasta Uspallata y pensaban cruzar a Chile pero las restricciones cambiaron los planes. Fue así que se trasladaron hacia el Valle de Uco. Primero visitaron Tupungato y luego llegaron a Tunuyán, donde se encuentran actualmente vendiendo sus artesanías en la plaza departamental. En los próximos días piensan arribar a San Carlos, donde los espera otra familia viajera.

Sebastián Nuñez habló con El Cuco Digital y contó esta magnifica historia que no tiene desperdicio: cómo fue salir, cómo viven, cómo realizan las tareas del hogar, la crianza de su hija, y sus perspectivas de la vida.

¿Desde hace cuánto tiempo están viajando?

La idea de este viaje es llegar algún día a México, país que conocimos hace unos años y donde se gestó todo este sueño. La idea también por otra parte, es vivir viajando, conocer lo que más que se pueda. Recientemente intentamos salir a Chile, pero no pudimos por cuestiones de público conocimiento. Así que ahora estamos dando una vuelta nuevamente por Argentina y yendo hasta Zapala (Neuquén) donde dejamos la Ruta 40 hace unos meses atrás.

¿Y cómo les surgió la idea?

En el 2017 tuvimos la posibilidad de casarnos y pudimos irnos de luna de miel a México. Ahí empezamos a ver viajeros que llevaban este ritmo de vida, nunca se nos había cruzado por la cabeza, ni lo habíamos planeado. Así que al regreso empezamos a ver blogs, canales de YouTube de viajeros para ver cómo podían llevar esto. Y bueno, fue un camino de ida en el sentido de que cuando volví a la rutina de trabajo, yo tenía un taller mecánico y Sil también su trabajo, nos empezamos a plantear esto y recién en el 2020 pudimos iniciar el viaje. Tres años nos llevó decidirnos, combatir los miedos y los prejuicios, y arrancar.

El 19 de febrero del 2020, salíamos de Rosario. En ese momento salíamos rumbo al Sur, fuimos hasta Ushuaia pero un mes después nos agarró la cuarentena en Viedma, Río Negro, donde habíamos llegado el 15 de marzo. Pudimos seguir camino hacia el Sur los primeros días del noviembre.

¿Cómo se lo comunicaron a sus familiares y amigos? ¿Hubo miedo y prejuicios de parte de ellos?

No fue algo difícil avisarle o comentarle la idea a nuestra familia. Sino, bueno, responder un montón de preguntas de las que ni siquiera nosotros teníamos las respuestas. Por ejemplo, de qué van a vivir. Nosotros decíamos que íbamos a vivir del trabajo de artesanías o de lo que saliera, que si había que quedarse fijos en un lugar, lo íbamos a hacer. Y bueno, después la ruta, el viaje, te va cambiando, te vas dando cuenta que lo primordial es cuidar la plata, no gastar en cosas que, metidos en el sistema, no te das cuenta, y no necesitás. Y también con el tema de prejuicio de salir con una criatura de 1 año. Hoy Luli está por cumplir 3 años y para nosotros fue la mejor decisión. La familia apoyó, costó entender, pero siempre sentimos ese apoyo de los dos lados. Cada uno a su manera, cada uno haciendo su especie de duelo, pero siempre tirándonos la mejor onda.

¿Qué hacen actualmente? ¿Cómo se manejan?

Hacemos tortas que es una de nuestras principales formas de solventar el viaje que tenemos. Hacemos tortas de manzana, lemon pie, budines y además tenemos una serie de artesanías como mates pintados a mano, cuadros, pulseras personalizadas que armamos cuando podemos y también vendemos por redes sociales y hacemos envíos a todo el país.

¿Compraron este bus escolar con la idea de viajar o ya lo tenían?

En realidad nuestro viaje comenzó el 19 de febrero, viajamos en una camioneta que estuvimos adaptando para este viaje. En ella pasamos toda la pandemia, viajamos hasta Usuahia, empezamos a subir por la ruta 40 y a altura de Bariloche nos empezamos plantear que la camioneta nos quedaba chica teniendo en cuenta que también viajamos con dos perros grandes, el Lautaro y el Álex. Nos encontramos un par de días, 9 días de confinamiento, en un playón de San Martín de los Andes (Neuquén) , 9 días de lluvia (…) Gracias al viaje, a las redes, un muchacho en Junín de los Andes (Neuquén) nos dijo que le encantaba esa camioneta, que la quería comprar. Fue cuando pudimos arreglar un número que creíamos conveniente, que nos servía a nosotros y le dimos para adelante. Vendimos la camioneta y nos quedamos en Junín de los Andes literalmente con lo puesto. Despachamos la ropa por correo hasta Rosario y nos fuimos a Buenos Aires a buscar este micro que lo habíamos visto por Facebook. Lo vimos, era más o menos lo que nos servía, nos servía la plata, era un micro que estaba pintado escolar como ahora. Nosotros le hicimos la parte de rotulado. Estaba con todas las butacas para transporte de pasajeros, arreglamos con el dueño, se las quedó él y fue como seguimos viaje para Rosario para hacer todos los papeles correspondientes y empezar a armarlo. Estuvimos un mes armándolo, haciendo lo esencial para hacer el viaje, después estuvimos bastante tiempo en Córdoba. Aún el día de hoy seguimos armándolo, está bastante avanzado pero nos faltan un montón de cosas pero preferimos seguir viajando con algunas falencias en el tema del micro pero con este ritmo de vida que es lo que nos encanta.

El vehículo con el que iniciaron el viaje

Tenemos una cocina domiciliaria, está totalmente preparada para una casa. Tratamos de llevar todos nuestros tiempos al ritmo de nuestra bebé, creo que es lo mejor para ella. Así que bueno, casi siempre que nos van a cruzar, nos cruzarán en plazas, en lugares donde hay entretenimiento para chicos. Preferimos estar al aire libre, donde ella pueda estar en contacto con la naturaleza, con animales, que aprenda con cosas reales y no con fantasías. Ese es más o menos nuestro ritmo de vida, estamos 24/7 con ella.

¿Cómo se arreglan con las tareas domésticas diarias?

El colectivo es una casa, es muy cómodo, estamos muy orgullosos con eso. Le instalamos un equipo solar, también lo teníamos en la camioneta, pero este, al tener más espacio, es más grande. Entonces no nos hace falta  conectarnos a una red, tenemos un lavarropas chiquito pero que cumple perfecto la función, era algo importantísimo para nosotros porque usamos pañales de tela para Luli así que lavamos de forma diaria. También tenemos calefón, siempre suministrando bien el agua. Tenemos una capacidad de 500 litros de agua que te hace cuidarla día a día. Nosotros con 500 litros tiramos una semana. En la camioneta era diferente, durante un año y medio el lavado era mano, pasando por algún río o lago.

¿Qué aprendizajes les ha dejado adoptar este estilo de vida?

Ver la cantidad de necesidades que te ponen o te proponés vos solo cuando vivís metido adentro de un sistema y no hay plata que alcance a cubrir todas esas necesidades jamás y dejamos de lado cosas mucho más importantes. Nosotros estamos enfocados en la crianza de Luli. A veces trabajar para un jardín, para que vaya a una colonia, para un montón de cosas, te hace terminar dejando de lado el amor a una criatura, por ejemplo. No tenemos tarjeta de crédito, tenemos un solo abono para los dos celulares como para tratar de solventarnos de la forma más económica y creemos que de esa forma vivimos mucho más tranquilos. Podríamos trabajar mucho más, vendiendo más artesanías, para entrar en ese sistema de nuevo, pero es una necesidad nuestra decir “no, preferimos ese tiempo que nos demanda vender más cosas, elaborarlas, ese tiempo invertirlo en cosas mucho más sanas como compartir tiempo con nuestra hija”.

En otra cosa en la que estamos muy enfocados y tratamos de aportar nuestro grano de arena, es en el cuidado del medio ambiente. Ver detalles que al principio no, como tener un inodoro químico y no le damos bola. Por ejemplo tampoco utilizamos pañales descartables para nuestra hija. Nos dimos cuenta en viaje que eso era una contaminación bárbara cuando estábamos encerrados en un predio y se juntaban y se juntaban pañales descartables, así que implementamos el uso de pañales de tela así que eso nos hace sentir llenos en el sentido de que aportamos nuestro granito de arena. Además en nuestro colectivo no dependemos de conexión externa de energía, tiene todo energía solar. También cuidamos el agua, todas esas cosas las aprendimos en el viaje y la verdad que metidos en el sistema jamás nos las hubiésemos planteado.

¿Cómo van a hacer cuándo Luli tenga que empezar el jardín? ¿Analizan la educación a distancia?

Recién nos estamos empapando un poco en el tema. Sabemos que hay diferentes tipos de educación  a distancia, que con este tema de la pandemia se perfeccionó bastante. Hay un programa que va a la par de cualquier escuela pública argentina, que se lo damos nosotros y se rinde una vez al año en Córdoba o Buenos Aires. Después hay otro programa que requiere estar fuera del país sí o sí o practicar un deporte que requiera bastante tiempo, así que eso también se analizará llegado su momento. Eso lo brinda el Ejército nacional, mucho más completo pero más costoso. También hay un programa de Estados Unidos, el cual tiene la misma metodología pero con programas más completos y niveles económicos más costosos pero también con un aval a nivel mundial cada vez mayor. Este programa de EEUU y el del Ejército son reconocidos a nivel mundial. Queremos implementar este programa donde los que le vamos a dar ciertos conteniendos seamos nosotros, ir aprendiendo con ella también. Pero bueno, todavía nos quedan un par de años para seguir en este estilo de vida e ir metiéndonos bien el tema. Sí hemos conocido viajeros con chicos que lo están haciendo y con quiénes nos estamos informando.

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en viajar de esta manera?

Si te lo planteás, te tenés que largar a hacerlo. En estos dos años de experiencia, conocimos un montón de viajeros. Pesamos que nosotros éramos los únicos inconscientes que habíamos salido y más que uno u otro que veíamos en redes sociales, y después nos dimos cuenta que es prácticamente una comunidad la que hay. En cada pueblo, te vas a encontrar a una persona que lo está haciendo, que ha  tenido una experiencia diez veces más grande que la que vos hiciste. Hemos conocido familias enteras viajando en un micro, gente en camioneta, en motos chicas, grandes, con criatura, sin criatura. Hoy, llegando a Tunuyán, vimos chicos que recorren Argentina en bicicleta haciendo malabares en los semáforos. Nosotros pensábamos que eran chicos que no conseguían un trabajo o algo por el estilo pero no, es un estilo de vida, son chicos que están haciendo un viaje igual de extenso que el tuyo, conociendo un montón de gente como vos y lo están haciendo  en bici. Entonces esas cosas te abren la cabeza. No hay que tener tantos prejuicios a la hora de arrancar. Hay que ser realistas, nosotros somos una familia, salimos con una criatura, entonces tuvimos muchísimos miedos. Si nosotros nos teníamos que morir de hambre, lo hacíamos, pero a la criatura no la podemos hacer sufrir. Nosotros tuvimos la suerte de tener el ingreso de un alquiler que son $20.000 que nos da la seguridad de la comida, con esa plata sabemos que la comida no nos falta. Después hay que trabajar para pagar el combustible, el seguro del colectivo, el abono del celular. Pero se trabaja para eso y se vive tranquilo.

 Si hay alguien que quiere viajar, los invitamos a visitar nuestras redes, ver nuestros videos de Youtube donde vamos mostrando lo que es esta vida día a día. No tenemos nada para mentir ni vender, es nuestra experiencia. Pero desde ya digo, no conozco a nadie, de todos los viajeros, que se haya arrepentido. Algunos han tenido que dejar de viajar pero te dicen que fue una experiencia valiosísima así que no veo por qué no permitírselo.

Contactos

-Facebook: Un sueño familia viajera

-Instagram: https://www.instagram.com/unsuenofamiliaviajera/

-Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCa_ViWiHXA1DPX8rPN-yWsg

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