Tiene 34 años y se levanta todos los días a las cinco de la mañana para trabajar en una ripiera.
Este 8 de marzo muchas mujeres han sido destacadas en entidades, redes sociales y medios de comunicación por su labor y empuje en el Día Internacional de la Mujer.
Por tal motivo, en este día tan significativo para quienes luchan por la igualdad y derecho de las mujeres, El Cuco Digital decidió dar a conocer la historia de Cintia Graffone, una maquinista que se gana el pan de cada día a fuerza de sacrificio y dedicación.
Cintia tiene 34 años, vive entre Tupungato y Luján de Cuyo, y es esposa y madre de tres hijos. En el mes de diciembre comenzó a trabajar en una ripiera y desde ese entonces, todos los días se levanta a las 5 de la mañana para ayudar a su marido económicamente y salir juntos adelante.
-Cintia, ¿cómo fue qué comenzaste a trabajar de maquinista?
Empecé en diciembre en la ripiera Romero donde trabaja mi esposo. Ahí hubo un percance con un compañero de él, y como mi marido estaba muy atareado me pidió si lo podía ayudar a ir haciendo arena mientras el cargaba camiones. Así que así empecé, mi marido me fue enseñando a usar las máquinas y como le gustó a los patrones el trabajo que hacía me pidieron que me quedara.
-¿Es un trabajo difícil de realizar?
Lo difícil ha sido poder aprender a usar las palancas. Hay que usar las dos manos y hay que ir combinando movimientos. Lo bueno es que no tengo que hacer fuerzas, sino aprender cuestiones técnicas que requieren responsabilidad y concentración. Más bien lo difícil, fue aprender lo técnico. Al principio me costó un poco porque aprendí con una máquina de tres metros y era muy grande, pero ahora manejo una más chica y es más fácil.
-¿Cómo combinas el trabajo con tu rol de mamá?
Yo entro a las cinco de la mañana y salgo a la una. Mi hijo de 15 años me ayuda con el más chico. Cuando yo llego ellos prácticamente están organizados. Yo siempre he trabajo y ellos siempre colaboran.
-¿Te gusta trabajar de maquinista?
Sí, me gusta porque puedo ayudar en la casa. Este año pude comprarle los útiles a mis hijos antes de empezar las clases y quizás otras veces nos pasaba que algo de lo que le pedían siempre nos faltaba comprar porque no se podía. Además, las cosas están muy caras, cuesta llegar a fin de mes, y con dos sueldos es diferente porque nos podemos arreglar un poco mejor. Me siento agradecida de poder tener trabajo.