Las autoridades han informado, que pese a la espectacularidad del fenómeno, no hay por el momento peligro para la población.

El lunes 2 de junio de 2025, el volcán Etna, ubicado en la isla italiana de Sicilia, entró en erupción, generando una imponente columna de ceniza, gas y roca que alcanzó varios kilómetros de altura. La erupción, una de las más intensas registradas en los últimos tiempos, provocó la emisión de flujos piroclásticos debido al colapso de material en el flanco norte del cráter sureste del volcán.

A pesar de la espectacularidad del fenómeno, las autoridades locales aseguraron que no representaba un peligro inmediato para la población, ya que la actividad volcánica se mantuvo contenida dentro de las barreras naturales del Etna. El aeropuerto de Catania, cercano al volcán, permaneció operativo, aunque se emitieron alertas para la aviación debido a la presencia de ceniza en la atmósfera.

El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia monitorea continuamente la actividad del Etna, el volcán más activo de Europa. Los expertos advierten que la actividad eruptiva podría continuar durante varias semanas, por lo que se recomienda a los residentes y turistas mantenerse informados y seguir las indicaciones de las autoridades locales.

Videos compartidos en redes sociales muestran a turistas descendiendo apresuradamente por las laderas del Etna durante la erupción, evidenciando la sorpresa y el temor que generó el evento entre los visitantes. Las autoridades han instado a los turistas a evitar las zonas cercanas al cráter hasta nuevo aviso, enfatizando la importancia de la seguridad en áreas volcánicas activas.

El Etna ha mostrado una actividad persistente en los últimos meses, con múltiples erupciones registradas. Los vulcanólogos continúan estudiando el comportamiento del volcán para anticipar futuras erupciones y minimizar los riesgos asociados.

Fuente: El Sol