noviembre 16, 2025

Habitar la palabra y el silencio, una invitación a aventurarse al mundo de la literatura  

Imagen extraída de Sala Marte
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Llega la columna sobre literatura de Verónica Diez, quien cada quince días nos dará algunas pistas para entrar al mundo de las palabras.

Por Verónica Diez

“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.”

(La palabra que sana, Alejandra Pizarnik)

A veces la literatura nos convoca a habitar en comunidad y otras veces en silencio, pero nunca en soledad. Tal vez en ese habitar, está la importancia de tener contacto con la Literatura. 

Hacia allá vamos con esta primera columna.

En la Grecia clásica, en Roma y durante la Edad Media, la Literatura se divulgaba de forma oral, aedos y juglares recitaron, cantaron y narraron las historias que hoy nos llegan escritas. Estas historias, estas palabras, dieron el puntapié inicial para formar pensamientos, culturas, religiones y doctrinas del mundo occidental.

En piedras, en tablas, en vasijas, en el barro hay rastros de la cultura de los pueblos, de las historias que nacieron para explicar sus mundos, sus creencias. En cada letra del cancionero popular, en cada puesto alejado de las ciudades, en alguna guitarreada amiga, ahí palpita el corazón de la literatura.

Si me preguntan qué es la Literatura prefiero decir que es una forma de habitar las palabras: unas veces leyendo, otras escuchando, a veces cantando y otras escribiendo.

Habitar según la RAE significa: vivir, residir, morar, ocupar, poblar, anidar, asentarse, afincarse, arraigarse, establecerse, domiciliarse, alojarse, aposentarse, convivir, cohabitar, estar.

Leer, escuchar o escribir literatura es ocupar, apropiarse, poblar con palabras, el mundo.

Y el silencio…

En un día a día tan ruidoso, en un mundo que cruje, en un mundo que nos pone en la cara todos los días muchas imágenes y sonidos, habitar las palabras en silencio, (por instantes, por momentos) estoy convencida de que es un acto completamente revolucionario.

¿Por qué? ¿Cómo? La literatura, como expresión artística, nos invita a detenernos a PENSAR, nos a invita a reconectar con NUESTRAS EMOCIONES, pero sobre todo nos invita a RECONOCERNOS. Luego vendrá el tiempo en que nos haga mirar la realidad que nos rodea con ojos distintos.

Casi todo está escrito en la literatura (“a pesar de tu legítimo deseo de morir un minuto con exclusividad”). Lo que muchas veces nos pasa en la vida, tal vez ya le pasó a un alguien ficticio en un mundo ficticio. La aventura y la invitación, entonces, es a encontrarse con ese mundo que “me representa” en un momento particular de la vida. Y una vez que se da ese encuentro, ya no somos los mismos, porque de cada libro salimos distintos. Luego, estamos listos para una nueva búsqueda /aventura.

En caso de no encontrar esa historia, tal vez, sea tiempo de escribirla.    

¿Cómo nos acercamos a la literatura? ¿Por dónde empezamos?

No hay recetas y no hay un solo camino, como en la vida misma, depende de cada comunidad lectora, depende también de las historias, los ritmos y las rutinas de los lectores.

En principio se necesita un interés, una motivación, un tema y un libro.

Luego, simplemente, dar con el espacio y el tiempo, para esto será necesario que en ese momento en el que vas a agarrar tu teléfono y scrollear la pantalla decidas, simplemente abrir ESE LIBRO.

NO TENGO LIBROS EN CASA PERO QUIERO BUSCAR.

¡Que vuelvan a rodar las bibliotecas!

Este es un grito de EMERGENCIA. Escuelas y bibliotecas populares hoy son sumamente necesarias para poder pensar en un acceso a la lectura de literatura. Entonces la invitación es también a pensar en cómo potenciamos, o cómo volvemos a darle vida a esos espacios que, como la Literatura, son del pueblo y están ahí en un rincón tímido.

Hasta acá llego, como inicio, en una especie de defensa de la palabra. Porque habitar la palabra no es solo decirla, es hacerla forma de vida, hábito, cuerpo, experiencia y es un derecho de todos vivirla.

En la próxima, nombraré libros, autores y perlas.

“Tal vez sea por esto

que pensar en un hombre

se parece a salvarlo.”

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