“Cuando era chico mis padres no me podían comprar juguetes y entonces me los empecé a fabricar yo mismo”, expresó en comunicación con El Cuco Digital.
Víctor Froilán Méndez, de 82 años, dedica sus días a una labor tan noble como entrañable: fabricar juguetes de madera para regalar a los niños del departamento de Tunuyán. Desde hace varios años trabaja en la carpintería de su hermano, donde da vida a autitos, tractores, mesas, carretas y caballos de madera, todos hechos con materiales reciclados o recolectados en el campo.
“Yo era uno de los más grandes de 10 hermanos y nunca tuvimos la posibilidad de tener juguetes por la situación económica, por eso, siempre llevé en mi corazón fabricar juguetes y ahora ya desde hace unos años lo puedo hacer”, compartió Víctor a El Cuco Digital.
Jubilado desde hace 12 años, encontró en esta actividad una forma de devolver a la infancia lo que él no pudo tener. “Hoy en día poder hacer estos juguetes y salir a la calle y regalárselos a los niños me hace sentir el hombre más feliz del mundo, yo cuando era niño andaba a caballo en un palo de escoba y ahora fabrico caballos para dárselos a esos niños que andan en palos como lo hacía yo”.

Su trabajo es completamente artesanal. “Hasta hace un tiempo atrás tenía una máquina para trabajar hasta que se me rompió y desde entonces trabajo de la forma más artesanal posible, lo hago a mano y con un martillo”, explicó.
La pasión de Víctor nació hace muchos años, cuando fabricó su primer auto y un barco de madera. “Todo esto empezó hace años atrás cuando estando en la carpintería fabriqué el primer juguete que fue un auto y un barco, desde entonces no he parado y sigo fabricando, hago entre uno o dos por día dependiendo el tamaño”.
Aunque conserva esos dos primeros juguetes como tesoros personales, el resto los regala con generosidad. “Esos dos juguetes los tengo guardados para mí, son los recuerdos, pero he hecho otros iguales y los voy regalando, acá a mi casa vienen un montón de niños con sus padres, ellos ven algún juguete y se los llevan sin costos, hacer feliz a un niño para mí no tiene precio, me llena el alma saber que esos pequeños tienen un juguete que yo a su edad no pude tener”, finalizó.









